domingo, 30 de abril de 2006

A veces, me resisto a la tecnología

Nadie puede negar que los nuevos avances tecnológicos, además de hacernos la vida más fácil, nos brindan herramientas maravillosas de comunicación, como los blogs por ejemplo.
Mi esposo es un geek empedernido y no soy ajena a todas aquellas herramientas tecnológicas que quiere experimentar. A pesar de mi resistencia a cambiar, siempre termino cediendo y dando una oportunidad a sus novedades. Algunas de ellas, como el bloglines (página en la que uno puede escoger sus blogs favoritos, guardarlos como feeds en un folder y leer los nuevos post en un mismo sitio), o el Odeo (lo voy a usar con todas mis penpals) me parecen alucinantes; pero otras, a pesar de que intento usarlas, me resisto a reemplazarlas por mis tradicionales formas.

La última que recuerdo es 30boxes, un calendario en línea para organizar tus actividades y reuniones y con la posibilidad de compartir algunas entradas con tus amigos o familiares. Suena bien y para muchos debe ser super práctico. ¿Para mí? Desde que entré a la universidad mi agenda es una extensión de mí, unida por un cordón umbilical, por así decirlo. Claro, no puedo dar fe de que realmente sea efectiva, pues suelo olvidarme de las cosas que tengo que hacer aunque estén apuntadas y destacadas con resaltador fosforescente. Pero, siento la necesidad de tener una agenda. Me encanta. Quizá por mantener las tradiciones. Mis tradiciones.

La otra ventaja tecnológica que me viene a la mente es la posibilidad de tomar fotos con cámaras digitales y grabar las miles de fotografías en un CD o la PC. La idea de tomar infinitas fotografías en una cámara digital me parece genial. Pero, nadie me puede quitar el placer de mirar las fotografías en un álbum de fotos. Me resisto a que mis recuerdos sean virtuales, deben concretizarse en un pedazo de papel fotográfico. Quizás soy anticuada para estos tiempos qué voy a hacer.

sábado, 29 de abril de 2006

Meloso romanticismo

Me encantan los conciertos. Y este jueves no podía perderme la oportunidad de asistir a uno gratis, aunque no conociera muy bien a los cantantes. Una amiga se acercó a mí un día antes y me ofreció dos entradas. ¿Qué le iba a decir? Que iba a ir por supuesto. No sólo por agradecerle tan desprendido gesto, sino también porque me moría de ganas de des-estresarme un poco.

A mi esposo no le dije que se trataba de "El Festival del Amor" organizado por radio Corazón, porque sino le daba un soponcio. Su idea del romanticismo se basa, como él dice, más en las acciones que en decir palabras bonitas y mucho menos en melosas letras de canciones. Pero, claro que accedió a ir conmigo... y esa es la forma de dejar ver su ser romántico a través de una acción.

La entrada decía que el show empezaba a las 7 de la noche. Como buenos peruanos, y sabiendo que nuestras entradas eran VIP, llegamos a las 7 y media. Total, pensaba yo, estos tipos no son tan conocidos y no creo que haya mucha gente. Tamaño error. Nunca había visto una cola tan larga en mi experiencia con estos eventos. Lo peor de todo es que no recibimos trato VIP. Digo, si compras unas de esas entradas no es sólo porque quieres estar más cerca del escenario, sino también porque quieres evitar las colas. Pero bueno, no podía quejarme porque no había pagado un sol, pero igual me daba cólera. Pues, en afán quizá democrático, los organizadores nos pusieron a todos en una sola cola y dejaban entrar por grupos. En fin, a esperar no más.

Un chico argentino llamado Axel empezó el concierto. Su primera canción me parecía haberla escuchado alguna vez en Ok Tv, cuando la pongo como música de fondo mientras hago otras cosas. Iba bien hasta que cantó una canción dedicada a su hermano que había perdido a sus hijos siameses cuando eran bebés. No es que sea insensible, pero fue demasiado drama. Creo que esos temas son tan personales y dolorosos que no deberían ser cantados, pero bueno...

El siguiente en cantar fue Alberto Plaza. Qué bueno. Genial. Aunque tampoco soy una fan de él, las letras de sus canciones son deliciosas. Hasta Jorge Luis se mandó cantando una de comienzo a fin. Una que yo nunca había escuchado, pero que según él era una clásica de los Convivios. ¿Alguien los recuerda? Encuentros de jóvenes de colegios católicos, cuyo objetivo en mi caso (que vengo de un colegio de mujeres), era interactuar con chicos de otros colegios.

Finalmente llegó el plato fuerte del concierto para la mayoría de los espectadores (lo digo por la intensidad de los gritos de las miles de fans): Sin Bandera. Irónicamente su canción más famosa, esa que dice "Buenas noches, mucho gusto, eras una chica más..." la recuerdo porque la cantaron dos de mis concursantes favoritos de la española Operación Triunfo (como extraño ese programa). En fin, se mandaron a cantar canciones desconocidas durante largo rato. La gente empezaba a conversar y se desconectaba del concierto. Hasta que por fin cantaron las canciones conocidas. Bueno, las tres que yo conocía. Jorge Luis me había dicho que saliéramos del estadio antes de que acabara el concierto, para no salir con toda la marea humana. Pero, yo me negué. No había esperado una hora en la cola y aguantado casi 45 minutos de música desconocida por gusto. Tenía que cantar aunque sea una de las conocidas. De todas maneras, salimos mientras terminaba por entonarse la última canción. Qué raro, habían dejado la más conocida para el final.
Y así, salimos y tuvimos que caminar varias cuadras para pagar a un taxista "consciente" y no aprovechador. Regresamos a nuestro depa y claro, bañados de meloso romanticismo. Inevitable.

jueves, 13 de abril de 2006

¿Quién se lanza?

Ayer en un periódico local salió este aviso. Ya nada me sorprende.


¿Qué querrá decir con antecentedes democráticos? ¿Que haya votado en las últimas elecciones? ¿Vocación de servicio? ¿No la tienen acaso, con todo el respeto, desde los chicos que atienden en los fast-food hasta los militares? ¿Honestidad comprobada? ¿Cómo piensan demostrarla?

Yo creo que todos aquellos que quieren incursionar en la política deberían hacer carrera política. Y en ese punto aplaudo la iniciativa -quizás naïf, quizás valiente, quizás marketera- de la Universidad Católica por incluir la carrera de Ciencias Políticas.

Los políticos, también deberían pertenecer a un partido. Y que estos no sean instituciones que se hacen y deshacen dada la coyuntura electoral. Por último, deben contar con obras concretas que demuestren su eficiencia. No aceptar improvisados. ¿Ustedes qué piensan?

miércoles, 12 de abril de 2006

Crisis de peruanidad

Los resultados de las elecciones en Perú me invadieron de desanimo. Hasta ahora no puedo creer que nos esté sucediendo esto. Incluso he llegado a dudar de mi identidad como peruana. No lo entiendo. No quisiera sentirme así. Los peruanos son un enigma para mí.

Mi identidad como peruana, pienso, se funda sobretodo en el brillo y desarrollo que lograron nuestros antepasados y todas las maravillas que nos legaron. De ello me siento orgullosa. Y más contemporáneamente hablando, de la tenacidad y creatividad de muchos peruanos por salir adelante. Sin embargo, ¿por qué nuestros representantes no pueden tener un poquito de lo primero y lo segundo? Y lo peor de todo. ¿Por qué se empeñan en elegir personas que no cumplen ni siquiera por asomo con ello?

Y ahora, ¿qué esperanza podemos tener de lo que puede llegar a ser el Perú?