jueves, 28 de diciembre de 2006

¿El lenguaje a paso de cangrejo?

Hoy mientras hacía zapping me topé con dos caras conocidas en el programa Fulanos y Menganos de Plus TV: los profesores de Lengua Castellana Biondi y Zapata. A pesar de que nunca lleve alguna clase en la universidad con ellos, todos sabíamos quiénes eran.

Recuerdo que el curso de Lengua 1 en la universidad me pareció una pastrulada (como diríamos acá a un tema que parece haber sido planificado bajo los efectos de alguna droga). Bastante distinto a lo que estaba acostumbrada en el colegio: el típico análisis sintáctico de las oraciones, la identificación de los diptongos-hiatos-triptongos o la tildación de agudas-graves-esdrújulas... este curso proponía hacer una reflexión sobre qué era el lenguaje, la lengua, el habla... super interesante.

Y ahí estaban estos dos profesores... seguían reflexionando sobre el lenguaje a propósito de la publicación de su libro La palabra permanente: Verba manent, scripta volant. Teorías y prácticas de la oralidad en el discurso social del Perú publicado por el Fondo Editorial del Congreso de la República.
* Pueden leer más sobre el libro en el blog Zona de Noticias.

Entre otras cosas, dijeron algo que llamó mi atención: si antes la expresión escrita era la norma e incluso las personas trataban de hablar como se escribe para "sonar mejor" ahora sucede todo lo contrario. El peso de la oralidad ha desplazado la "formalidad" de lo escrito y ahora casi todos prefieren escribir como hablan.

También comentaron sobre la que yo no sé si llamaría evolución o involución del lenguaje.
Explicaban que la escritura "evolucionó" de ser ideográfica (tipo jeroglífica) a tener caracteres sólo consonánticos para finalmente llegar al esquema actual de vocales y consonantes. Sin embargo, planteaban que hoy en día se está regresando al principio: la forma de comunicarnos a distancia (internet, sms) utiliza un lenguaje básicamente consonántico (leánse mensajes como TQM -te quiero mucho-, el famoso "q" que reemplaza al "que" o el "x" al "por" o "tb" al "también" por mencionar sólo algunos). Concluyendo nuevamente que la oralidad estaba "invadiendo" la norma.

Personalmente yo prefiero escribir "bien" siguiendo la norma y evitando que la oralidad se adueñe completamente de ella. Aunque muchos afirmen que el lenguaje debe adaptarse al momento y circunstancias en los que se desarrolla, yo seguiré apoyando la norma. Eso no quiere decir que esté negando lo que sucede o que no me parece que cierto tono de oralidad en un discurso lo hace más atractivo y empático con el lector. Pero, creo que me pondría de mal humor leer siempre algo escrito de forma "abreviada" cual mensaje de sms.

miércoles, 27 de diciembre de 2006

La (poca) importancia de llamarse Domingo

Esta mañana estaba dándole de lactar a Ignacio algo somnolienta mientras veía un noticiero local. Mayormente las noticias que se anuncian no llaman mi atención y en vez de ser un elemento distractor eficiente suelen adormecerme más. Sin embargo, esta mañana el noticiero transmitió un pequeño informe que logró despejarme.

Resulta que en algún pueblo de Colombia que no logro recordar (en esta parte del informe todavía estaba bajo los efectos de la falta de sueño, es más no estoy 100% segura de que fuera en Colombia, pero de todas maneras era en un país sudamericano que no erael Perú) la mayor parte de la población lleva el nombre de Domingo o Dominga.

¿Cómo así? No es pura coincidencia o un gusto especial de este nombre por parte de sus pobladores, sino el resultado de una planificada estrategia creada por un cura del pueblo. Este sacerdote no tuvo mejor idea que "castigar" a todas aquellas parejas que llevaban a bautizar a sus hijos imponiéndoles el nombre de Domingo o Dominga si es que el hijo era concebido fuera del matrimonio.

No entiendo por qué la gente del pueblo no protestó y acató silenciosamente y de manera sumisa tremenda imposición. Personalmente, considero que el nombre es algo muy importante para alguien y a pesar de que ninguno de nosotros elige el nombre que le asignan, al menos es un nombre escogido (la mayoría de las veces) con mucho cuidado y cariño por nuestros padres y adquiere un significado especial.

domingo, 24 de diciembre de 2006

El desafío de ser madre

A pesar de lo que todas las mujeres predican, creo que ninguna de nosotras está preparada física y sicológicamente para ser madre. Personalmente nada de lo que viví anteriormente lo supera. No puedo negar que es maravilloso tener a tu hijo en brazos y maravillarte por cada pequeño gesto que hace, pero también es cierto que hay momentos en que tu resistencia física y emocional es puesta a prueba. Y nadie nos habla de esto.

Todas (madres, tías, amigas, conocidas y no tan conocidas) nos atemorizan o alientan para el gran momento del alumbramiento, pero nadie nos cuenta mucho sobre qué pasa después: noches en vela, senos adoloridos, un poco de depresión, un poco de mal humor... Yo fui sometida a una césarea y aunque muchas personas me advirtieron que la recuperación era dolorosa, debo admitir que nada se compara al "dolor" de los siguientes días en casa, el de las noches en vela batallando con la lactancia. Asimismo, nada se compara con la satisfacción de ver que tu hijo va ganando peso gracias a ti y que, a pesar del dolor, quieres que se alimente a través de ti y no de un biberón.

Considero, por eso, que la maternidad es un desafío... y mi experiencia recién comienza. Te embargan una mezcla de sentimientos: alegría, impotencia, dolor, temor, angustia, amor... y uno debe aceptar que es normal sentir todo eso y a la vez no sentirse mal, culpable o rara...

Ignacio cumple hoy 18 días. Sin duda es el mejor regalo de Navidad por adelantado que he recibido. Estoy aprendiendo a ser madre y es el mayor desafío que tengo y espero con ansias, algo de temor y emoción qué otras nuevas experiencias y retos me va a dar mi hijo.