viernes, 17 de marzo de 2006

¿Médicos por naturaleza?


Hoy, mientras almorzaba con mis compañeras de trabajo, entró en discusión el tema de las prácticas populares de curación. Respetables y de comprobada efectividad en algunos casos; polémicas, en otros.

Muchos de nosotros, cuando éramos niños, servimos de conejillos de indias para que nuestras madres experimenten con dichas prácticas. ¿Por qué recurrir a ellas en vez de acudir a un médico? Quizás por una inclinación instintiva de protección. Quizás porque inconscientemente quieren ser las agentes del cambio de estado. Quizás porque es una manera de mantener viva las tradiciones de la familia, de la localidad. Quizás nunca lo sabremos hasta ser padres.

Teóricamente los padres no buscan causar daño a sus hijos; sin embargo, muchos deciden aplicar técnicas que alguien con espíritu curador les recomendó en sus hijos. Una de las que me llamó la atención el día de hoy fue la de aplicar “Brasso azul” para escaldaduras de bebés. Tal vez algunos de ustedes, como yo, nunca han escuchado de esta sustancia. El brasso azul es un limpiador de superficies, mayormente metálicas. He buscado en Internet qué sustancias lo componen, pero no las he encontrado. De todas maneras, si fuera madre dudaría de colocar algo con la función anteriormente descrita para curar una escaldadura.

Cosa distinta, pero aún polémica, resultan las consabidas “yerbas curativas” o la ahora muy popular medicina natural. En un artículo de geosalud.com se indica que en Inglaterra, un sondeo efectuado por una organización a 28.000 consumidores descubrió que 80 personas de cada 100 habían recurrido a alguna forma de medicina complementaria. Pueden ingresar a wikipedia.org y leer más sobre este interesante tema. Algo que resulta interesante es que las distintas
jurisdicciones difieren acerca de qué ramas de la medicina alternativa son legales. ¿Por qué difieren? Muchos médicos “convencionales” se oponen al uso de estas alternativas de curación, pues no existen suficientes estudios probatorios de su eficacia.

No puedo negar que algunas veces yo he recurrido a tomar yerbas o seguir ciertas técnicas de medicina natural para resolver molestias. Por ejemplo, el mate de orégano para aliviar los cólicos menstruales. Mucha gente en el mundo, y cada vez más, recurre a prácticas como esta. ¿Por qué? ¿Se ha perdido la confianza en la medicina convencional? ¿Ha subido el ego humano de ser el que resuelve su propio destino? ¿Responde a una búsqueda por revalorizar técnicas ancestrales y propias como una defensa ante la globalización? Quizás estoy desvariando.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Buscando en Internet veo que Brasso esta hecho de solvente Stoddard. Como la mayoría de los solventes, es bastante venenoso y tal vez cancerigeno.

Por otro lado, el té de orégano no puede ser tan malo... posiblemente es beneficioso y seguro que por lo menos tiene un efecto emotivo favorable.

Pero la medicina "tradicional" se basa casi completamente en las estadísticas... eso es, probar y probar. En el fondo puede ser no tan distinta de la "no tradicional", pero mucho mas fria.

Pablo