jueves, 28 de diciembre de 2006

¿El lenguaje a paso de cangrejo?

Hoy mientras hacía zapping me topé con dos caras conocidas en el programa Fulanos y Menganos de Plus TV: los profesores de Lengua Castellana Biondi y Zapata. A pesar de que nunca lleve alguna clase en la universidad con ellos, todos sabíamos quiénes eran.

Recuerdo que el curso de Lengua 1 en la universidad me pareció una pastrulada (como diríamos acá a un tema que parece haber sido planificado bajo los efectos de alguna droga). Bastante distinto a lo que estaba acostumbrada en el colegio: el típico análisis sintáctico de las oraciones, la identificación de los diptongos-hiatos-triptongos o la tildación de agudas-graves-esdrújulas... este curso proponía hacer una reflexión sobre qué era el lenguaje, la lengua, el habla... super interesante.

Y ahí estaban estos dos profesores... seguían reflexionando sobre el lenguaje a propósito de la publicación de su libro La palabra permanente: Verba manent, scripta volant. Teorías y prácticas de la oralidad en el discurso social del Perú publicado por el Fondo Editorial del Congreso de la República.
* Pueden leer más sobre el libro en el blog Zona de Noticias.

Entre otras cosas, dijeron algo que llamó mi atención: si antes la expresión escrita era la norma e incluso las personas trataban de hablar como se escribe para "sonar mejor" ahora sucede todo lo contrario. El peso de la oralidad ha desplazado la "formalidad" de lo escrito y ahora casi todos prefieren escribir como hablan.

También comentaron sobre la que yo no sé si llamaría evolución o involución del lenguaje.
Explicaban que la escritura "evolucionó" de ser ideográfica (tipo jeroglífica) a tener caracteres sólo consonánticos para finalmente llegar al esquema actual de vocales y consonantes. Sin embargo, planteaban que hoy en día se está regresando al principio: la forma de comunicarnos a distancia (internet, sms) utiliza un lenguaje básicamente consonántico (leánse mensajes como TQM -te quiero mucho-, el famoso "q" que reemplaza al "que" o el "x" al "por" o "tb" al "también" por mencionar sólo algunos). Concluyendo nuevamente que la oralidad estaba "invadiendo" la norma.

Personalmente yo prefiero escribir "bien" siguiendo la norma y evitando que la oralidad se adueñe completamente de ella. Aunque muchos afirmen que el lenguaje debe adaptarse al momento y circunstancias en los que se desarrolla, yo seguiré apoyando la norma. Eso no quiere decir que esté negando lo que sucede o que no me parece que cierto tono de oralidad en un discurso lo hace más atractivo y empático con el lector. Pero, creo que me pondría de mal humor leer siempre algo escrito de forma "abreviada" cual mensaje de sms.

miércoles, 27 de diciembre de 2006

La (poca) importancia de llamarse Domingo

Esta mañana estaba dándole de lactar a Ignacio algo somnolienta mientras veía un noticiero local. Mayormente las noticias que se anuncian no llaman mi atención y en vez de ser un elemento distractor eficiente suelen adormecerme más. Sin embargo, esta mañana el noticiero transmitió un pequeño informe que logró despejarme.

Resulta que en algún pueblo de Colombia que no logro recordar (en esta parte del informe todavía estaba bajo los efectos de la falta de sueño, es más no estoy 100% segura de que fuera en Colombia, pero de todas maneras era en un país sudamericano que no erael Perú) la mayor parte de la población lleva el nombre de Domingo o Dominga.

¿Cómo así? No es pura coincidencia o un gusto especial de este nombre por parte de sus pobladores, sino el resultado de una planificada estrategia creada por un cura del pueblo. Este sacerdote no tuvo mejor idea que "castigar" a todas aquellas parejas que llevaban a bautizar a sus hijos imponiéndoles el nombre de Domingo o Dominga si es que el hijo era concebido fuera del matrimonio.

No entiendo por qué la gente del pueblo no protestó y acató silenciosamente y de manera sumisa tremenda imposición. Personalmente, considero que el nombre es algo muy importante para alguien y a pesar de que ninguno de nosotros elige el nombre que le asignan, al menos es un nombre escogido (la mayoría de las veces) con mucho cuidado y cariño por nuestros padres y adquiere un significado especial.

domingo, 24 de diciembre de 2006

El desafío de ser madre

A pesar de lo que todas las mujeres predican, creo que ninguna de nosotras está preparada física y sicológicamente para ser madre. Personalmente nada de lo que viví anteriormente lo supera. No puedo negar que es maravilloso tener a tu hijo en brazos y maravillarte por cada pequeño gesto que hace, pero también es cierto que hay momentos en que tu resistencia física y emocional es puesta a prueba. Y nadie nos habla de esto.

Todas (madres, tías, amigas, conocidas y no tan conocidas) nos atemorizan o alientan para el gran momento del alumbramiento, pero nadie nos cuenta mucho sobre qué pasa después: noches en vela, senos adoloridos, un poco de depresión, un poco de mal humor... Yo fui sometida a una césarea y aunque muchas personas me advirtieron que la recuperación era dolorosa, debo admitir que nada se compara al "dolor" de los siguientes días en casa, el de las noches en vela batallando con la lactancia. Asimismo, nada se compara con la satisfacción de ver que tu hijo va ganando peso gracias a ti y que, a pesar del dolor, quieres que se alimente a través de ti y no de un biberón.

Considero, por eso, que la maternidad es un desafío... y mi experiencia recién comienza. Te embargan una mezcla de sentimientos: alegría, impotencia, dolor, temor, angustia, amor... y uno debe aceptar que es normal sentir todo eso y a la vez no sentirse mal, culpable o rara...

Ignacio cumple hoy 18 días. Sin duda es el mejor regalo de Navidad por adelantado que he recibido. Estoy aprendiendo a ser madre y es el mayor desafío que tengo y espero con ansias, algo de temor y emoción qué otras nuevas experiencias y retos me va a dar mi hijo.

domingo, 22 de octubre de 2006

Exijo mi derecho a quejarme

Sí, soy un poco quejosa y renegona... debo admitirlo. Considero que antes de conocer a JL lo era más, pues mi mamá siempre me decía "con ese carácter nadie te va a aguantar"..., pero claro, entonces era una adolescente y quién no ha sido aunque sea medianamente insoportable en esa etapa de la vida. En esos días mi estado "renegoso" era crónico, pues incluso lo hacía sin darme cuenta y en el camino, a veces, hería a quienes más quería.

Ahora, he mejorado mucho, muchísimo, pues ya no reniego tanto. El primer paso fue darme cuenta cada vez que renegaba o que iba a empezar a renegar, y no hacerlo. Asumir que no tenía sentido. Mis nervios y los de quienes estaban a mi alrededor se sentían agradecidos. Sin embargo, a veces me pasa que no puedo controlarlo y me pregunto "¿Es que acaso no tengo derecho a renegar, aunque sea un poquito? ¿No existen situaciones que lo ameriten? ¿Sólo de vez en cuándo? ¿No existirá alguna razón científica que diga que es normal y no pasa nada?

Por ejemplo, hoy fui a un supermercado para enviar una carta por correo postal. Llegué al mostrador y segundos después dos chicas más se acercaron para que les envuelvan unos regalos. Yo asumí que como yo había llegado antes y estoy embarazada me iban atender primero, pero no... Además, pensé, lo mío (pegar una tira de estampillas) tomaría a lo sumo 30 segundos y envolver dos regalos mucho más tiempo. Traté de contenerme, pero no lo pude evitar. Debí reclamarle a la chica que atendía, pero no lo hice. En cambio, empecé a susurrarle mi queja a JL que estaba parado a mi costado. Yo sé... él no tenía la culpa, ni tenía por qué aguantarme... Él trató de hacerme entender que nada ganaba renegando. Cosa que era cierta. ¿Era cierta?

Exijo mi derecho a quejarme, aunque sea de vez en cuando... Prometo no hacerlo seguido...

viernes, 13 de octubre de 2006

A propósito del Día del Huevo

Sin duda, el huevo es un alimento importante. Uno de los más nutritivos de la naturaleza. Una poderosa arma contra la desnutrición. La FAO decidió entonces que merecía que lo conmemoremos cada segundo viernes de octubre. Y por qué no.

Personalmente, este alimento despierta en mí desde recuerdos de una niñez accidentada con la comida, hasta la revalorización de las comidas sencillas para conquistar el paladar. No por nada dice Gastón Acurio que el arroz con huevo frito es uno de los platos más exquisitos que existen.

Como decía antes, el comer huevo me traer recuerdos de mi niñez. Sí, era martirizante para mí comer cuando era niña. Más aún para mi mamá y mi nana quienes luchaban día a día para que coma. Ambas, sobre todo la última, podían pasar horas sentadas junto a mí con juegos de aviones, convenciéndome de que lo haga por mi papito, mi abuelita y toda la familia, cantando… pero nada resultaba.

Sólo había algo que no tenía pierde: el huevo pasado. Mi mamá tenía una habilidad mágica para preparar el huevo pasado en su punto: ni muy crudo, ni muy cocido. No sólo era delicioso saborear cada cucharada, sino el rostro satisfecho de mi madre por haber logrado que su hija coma y que, además, le guste.

Hace años que no como huevo pasado. Por qué, no lo sé. Quizá porque parte del ritual involucraba que mi mamá lo hiciera.

Alejada del umbral de mis sentidos...

"Either I've been missing something or nothing has been going on."
Karen Elizabeth Gordon

Sí, hace ya más de un mes que nada impresiona el umbral de mis sentidos. O quizás sea que no le he dado oportunidad para que algo lo impresione. No lo sé.

El tiempo pasa tan rápido y las hojas de mi agenda se quedan vacías. A veces, no me importa; otras, sí. Suelo no tener tiempo para pensar en eso. Los minutos se roban mi vida y yo les robo poco a ellos. Porque no me doy cuenta. Y cuando caigo en cuenta ya pasaron.

No me quejo, me perplejo (si eso existe). A pesar de que no me devolverán el tiempo que pudo ser, me regalaron uno que pasó tránquilo, cómodo. Tan suave y sutil que no sentí su movimiento.
Pero ahora, al menos por momentos, quiero ser más consciente de mi tiempo y lo que puedo hacer surgir de él. Quiero robarle hechos al tiempo, dejar abierto el umbral y esperar alguna sensación, algún acontecimiento.

domingo, 27 de agosto de 2006

Un Pino serruchador

La semana pasada, en una reunión familiar, la mayoría de los invitados nos sorprendimos cuando mi papá nos hizo escuchar unas dulces melodías tocadas con un serrucho. Irónicamente las tocaba un familiar de apellido Pino. Así es, un Pino serruchador.

Nunca pensé que la imaginación y creatividad humana hubiera podido darle esa función a tan ruda herramienta. Si alguien oyera una melodía tocada con un serrucho, no adivinaría que se trata de un serrucho. El sonido que emite es tan agudo como el de la voz de una soprano. Más que un instrumento dentro de una orquesta, el serrucho casi reemplaza la voz humana. Es increíble.

¿Cómo se toca el serrucho? Bueno, se sujeta el mango entre las piernas con el borde filudo hacia adelante. Se curva la hoja y con un arco similar al del violín se lo hace vibrar. No recomiendo intentarlo, puede ser peligroso.

El serrucho no es un instrumento nuevo en el mercado musical. Se utiliza en música folclórica en diversos países (gallega, ecuatoriana y en algunos tangos) y hasta en la reciente música electrónica.

Foto: wikipedia

sábado, 5 de agosto de 2006

Maternidad vs. profesión

Siempre pensé que la maternidad podía convivir perfectamente con el desarrollo profesional. Siempre... hasta que quedé embarazada. Es increíble que a tan solo unos meses de vivir esta maravillosa experiencia las perspectivas y prioridades que uno siempre tuvo se desdibujen y se empiecen a mezclar con otras, nuevas e inesperadas que nos desubican.

Digo inesperadas, porque nunca se me pasó por la cabeza convertirme en ama de casa, al contrario, soy una gran defensora de aquellas mujeres que luchan por su sitio en el mundo laboral, independientes y que buscan sentirse exitosas a nivel profesional. Mi madre siempre lo ha sido y la admiro por eso, así como a muchas otras mujeres.

El sábado pasado leí en la revista Somos la columna de Jennifer Llanos sobre el fenómeno de las opt-out women. ¿Qué es este fenómeno? Pues, el de mujeres que a pesar de ser exitosas o sentirse satisfechas con su carrera optan por dejarla de lado para dedicarse a criar a sus hijos. Según el artículo, es un fenómeno que crece cada vez más en el mundo. Claro, más en países desarrollados donde las mujeres tienen mas opción a hacerlo.

Creo que muchas mujeres piensan igual que yo y que, por no sentirnos socialmente discriminadas (por decirlo de algún modo), no nos hemos permitido la opción de ser amas de casa en estos tiempos. Cómo serlo después de la lucha que han librado tantas mujeres por hacernos ganar el sitio que tenemos hoy en la sociedad. Sería casi, casi una traición. Cómo abandonar también una carrera ya hecha (en mi caso, trabajo desde los 18, es decir hace unos 11 años más o menos, para llegar a donde estoy) y dejarlo todo.

Pero, como dije antes, ahora me siento desubicada. Por un lado, quisiera criar a mi futuro hijo yo sola, no dejar que una nana u otros parientes me quiten ese privilegio. No quiero perderme de nada. Pero, al mismo tiempo siento que sin mi trabajo me faltaría algo. No sólo porque me gusta, sino también porque forma parte de mi espacio de desarrollo.

sábado, 22 de julio de 2006

¿Dónde están los héroes?

Revisando, por cuestiones de trabajo, las fechas cívicas establecidas por el Ministerio de Educación me di cuenta que existen muchas dedicadas a nuestros héroes nacionales: José Olaya, María Parado de Bellido, Túpac Amaru II, José Abelardo Quiñones y muchos otros... Y me puse a pensar que, hoy en día, ya no existen esa clase de héroes en el Perú.

Claro, muchos me dirán que sí hay algunos, como la gente desinteresada que lucha por ayudar a los más necesitados y ese rollo... o que era otra época... o que están los que pertenecen a las fuerzas armadas (a propósito muchos de los mencionados en el primer párrafo no eran parte de ellas)... Pero, en serio... ¿todavía hay gente que daría la vida por su país? ¿Alguien de nosotros lo haría? Quizá suene egoísta, pero yo no. Supongo que daría la vida por mi familia... Pero, quizá no por un amigo, aunque suene durísimo y hasta me cueste decirlo... porque... ¿preferiría acaso dejar, por ejemplo, a mi hijo huérfano por tomar esa decisión?

¿Será quizá que nuestro país no está tan amenazado como lo estuvo en la época de la emancipación y lucha por la independencia? ¿Será que el mundo nos ha convertido en seres más preocupados por luchar por nuestra propia supervivencia y la de nuestra familia?

Y si pensamos en patriotismo nos viene a la mente el estar orgullosos de nuestra historia, que incluye la lucha que sostuvieron abnegados peruanos por nuestra independencia. Pero, ¿alguien ahora le recomendaría a su hijo que, ante cualquier cosa, debe morir por su país? Sé que suena poco romántico, pero yo le recomendaría que procure encontrar una vocación que lo satisfaga y que le permita vivir cómodamente. Y claro, que dentro de sus posibilidades y oportunidades, aporte con un granito de arena a mejorar su país.

¿Qué tipo de blogger eres?

No suelo postear tests, pero encontré este en un blog y me pareció interesante.
A mí, me pareció bastante acertado :)
Ya me contaran si opinan lo mismo y qué tipo de blogger son.



You Are a Pundit Blogger!



Your blog is smart, insightful, and always a quality read.
Truly appreciated by many, surpassed by only a few
.

miércoles, 19 de julio de 2006

Qué hacer cuando sobra el tiempo

Hoy una cosa extrañísima ha sucedido: acabé con todo lo que tenía pendiente en el trabajo y puedo disfrutar de una pausa. Antes de tomarla, le pregunté a mi jefa si no había algo en lo que pudiera apoyarla... y nada. Entonces, ¿ahora qué hago? Llegó el momento que tanto había esperado y no sabía qué hacer, hasta me sentía incómoda. Como alguien que llega a un lugar donde no conoce a nadie.

Inquieta por esta súbita suerte para perder un poco el tiempo, aproveché para leer mi correo, revisar algunos blogs y otras páginas web... Y lo más irónico de todo es que a pesar de que lo disfruté por unos minutos, fue efímero y aparecieron mis ganas de seguir trabajando. Me puse entonces a ordenar mi librero, cajones... ¿Por qué será? ¿Será que inconscientemente me siento irresponsable de no estar haciendo nada? ¿Será que no me puedo "desterretioralizar" (esa palabrita se me quedó grabada a partir de una clase de la universidad y aunque no estoy 100% segura de lo que significa, me parece que va perfecto para lo que siento) ¿Será que soy una afanosa marciana del trabajo, como dice mi esposo? No lo creo y hasta ahora, no encuentro explicación.

Así que hasta aquí llega este post. Ya tengo algo que hacer... y a pesar de que me siento más tranquila, sé que voy añorar después el momento de relax que llegó y quizás no lo supe aprovechar.

domingo, 16 de julio de 2006

Lo que impresiona el umbral de mis sentidos

Hace días, semanas que no encuentro un tema sobre el cual escribir largo y tendido. Y como no quiero dejar de actualizar este blog decidí hoy escribir sobre todo aquello que impresiona el umbral de mis sentidos...

La forma en que a veces sé que la vida pasa, pero olvido que yo paso por ella...
Mi extraña tendencia a la fatalidad cuando las cosas están yendo mejor que nunca...
El sentirme completamente segura de mis decisiones hoy y dudar mañana...
Lo insoportable que me pongo cuando no trabajo...
Lo complejo y fácil de llevar el matrimonio...
El no recordar a dónde fue mi poesía y no querer encontrarla de nuevo...
La preocupación, ansiedad, alegría y éxtasis de que voy a ser madre...
La facilidad conque paso horas frente al televisor sin ver un programa completo...
Mi rara fascinación por pasar horas en el espejo cortándome los horquillas del pelo...
El gusto que me da resolver la frase secreta de El Comercio...
El verme al espejo y a veces no reconocerme...
Las ganas de leer y escribir y el poco tiempo que dedico a eso...
Los maravillosos lazos que construí con ciertas personas que ahora no me preocupo por ver...
La forma poco cariñosa conque trato a veces a quienes más quiero...
La forma agresiva conque me defiendo a veces sin entender que sólo me bromean...
La sensibilidad de mi padre...
Las ganas de encontrarse y perderse de mi madre...
Las ganas de buscar la libertad de una de mis hermanas...
La madurez de mi hermana menor...
El afán que mi esposo pone en todo lo que le apasiona...
El descubrir cada día cómo nuestro amor de pareja cambia y crece...
El gusto infinito que tengo por mi soledad...
El reconocer, cada vez más, que por algo pasan las cosas...

Y a ti, ¿qué impresiona el umbral de tus sentidos?

martes, 27 de junio de 2006

De cómo la mala calidad de servicio me hace salir de quicio

Caso 1: Banco de Crédito

Me encanta el banco de Crédito. Atienden bien, tienen buenos productos. Pero, esta semana me fallaron. No se preocupen, los perdono porque ha sido la única vez.

Llegué el viernes a mi casa y tenía una constancia de visita para la entrega de una tarjeta de crédito. Claro ya se me va a vencer, pero ¿por qué no llamaron antes para coordinar la entrega? Como soy su fan, dije: "bueno... no importa". En el papel decía que debía comunicarme al teléfono tal para coordinar otra vista si es que deseaba que fuera en mi domicilio u otra dirección. Atención las 24 horas, inclusive feriados... Ah genial, pensé... Les diré que mejor me la lleven a la oficina.

Llamo el sábado al teléfono citado y me atiende un chico: "A través de esta vía sólo podemos coordinar la entrega a su domicilio o a una agencia, si usted desea que sea remitida a otra dirección debe llamar de lunes a viernes". "Es que como aquí dice que las coordinaciones son las 24 horas, inclusive feriados y sólo indican este número...", le dije. "Ah, sí pero..." y volvió a repetir su rollo. Grave error de comunicación. Y cuando llamé hoy, luego de dar todos mis datos me dijeron: "Ah... la voy a pasar con el área de coordinación de entrega de tarjetas" , área a la cual tuve que repetir todos mis datos nuevamente... ¿Por qué no dan de una vez este teléfono?

Caso 2: Wong

Lo siento, pero no soporto los supermercados Wong. Hay gente que le encanta y la respeto. Respeto también el hecho de que sea una empresa peruana exitosa. Pero, soy fan de Plaza Vea. Bueno, cada quien tiene sus gustos. Me gusta este hipermercado porque ofrece una mayor variedad de productos, el espacio es inmenso (no me choco con nadie) y el servicio nunca me ha defraudado. Me gusta Plaza Vea porque no tengo que hacer cola para pedir el tocino porque ya viene en paquetitos, porque ellos tuvieron la genial idea (antes que Wong) de que las frutas y verduras se pesaran en las cajas y porque la mayoría de gente va a comprar y no a pasear. Supongo, que tengo el perfil del público objetivo de uno y no de otro. Pero, más allá de eso, no sé si por recontra piña, he tenido varias malas experiencias de servicio con quienes han sido premiados hace poco por ello.

A pedido de Jorge Luis, empezamos a hacer nuestras compras por Internet y el único supermercado que ofrece este servicio es Wong. Accedí, a regañadientes, pues soy bastante fiel a las marcas que consumo, pero ofrecía bastantes ventajas: no tenía que moverme de mi casa, ni ayudar a subir las bolsas. Claro, que de todas maneras debía estar el domingo a cierta hora en mi casa y disponible siempre al teléfono para absolver sus dudas. Hubo un par de veces o más que no llegaron a la hora, bueno ya, los perdono. Una vez me trajeron un producto que no había pedido... bueno... Quizá suene exagerado y quizás sea que llevé muchos cursos de Comunicación Empresarial y me llegan los defectos en el servicio o quizás era porque me habían obligado a ser consumidora de Wong. Hasta que llegó el día en que me sacaron de quicio. Hicimos las compras un día antes y en su página web aparece como horario de reparto de 10 a.m. a 9 p.m. Lo pusimos para las 10, no; 11, no; 12, no; 1... por fin (y no era la primera vez) No me resistí y llamé a preguntar por qué ponían una disponibilidad de horario desde tan temprano si siempre atendían después de las 12... La señorita me dijo: "Es que hay más pedidos antes". ¿Ustedes creen realmente que haya tanta gente que compra por Internet? Yo lo dudo o quizás sea verdad. La verdad, poco me importaba: yo quería regresar a Plaza Vea.

La medicina: ¿ciencia y religión?

Todos sabemos que la medicina es una ciencia, pero hace poco estuve pensando que, a veces, la tomamos como una religión. Me explico...

Hace más o menos un mes, cuando recién tenía 3 semanas de embarazo, el doctor me detectó unos "hematomas" en el útero y me indicó que guardara reposo absoluto por tres semanas. Por supuesto que no dudé de su diagnóstico e hice "amén" (a mí pesar) de lo que él me indicó. Porque le tengo fe, aunque desconocía el sustento científico de su diagnóstico y la seguridad de que su terapia funcionara. Acaté su voluntad.

No faltó gente que me dijo: "Ay, pero si cuando yo estuve embarazada no existían ecografías y pude haber tenido algo y ni me di cuenta" o "el embarazo es algo natural, no es una enfermedad" o "ahora los doctores exageran todo" o "Y, ¿si no le haces caso, crees que realmente pase algo?" o "Ahora los doctores se protegen y piden descanso a las embarazadas por todo". En fin... yo no podía sentir más que indignación. ¿Acaso no estaba bien que le hiciera caso al doctor? Total, más podía perder no haciéndole caso que haciéndolo.

Pero, claro no siempre los doctores aciertan. Y he escuchado decir a mucha gente que ahora con el boom de los seguros y las EPS cada vez son más negociantes. A pesar de ello, muchos de nosotros les seguimos teniendo fe y nos ponemos completamente en sus manos, pues muchas veces hacen "milagros" aunque ignoremos casi en su totalidad los conocimientos que poseen y de cómo estos los llevan a curar. Y casi nunca los cuestionamos. A lo más les pedimos explicaciones sobre lo que nos sucede, a las que ellos tratan de que podamos entender.

Yo no sé si mi doctor exageró o no. No lo creo. Cuando puse algo en duda el tratamiento asignado me dijo muy claramente "Es una amenaza de aborto", por si no lo había entendido bien. Así que sin más le hice caso. Y recé mucho teniendo fe en que Dios me daría la fortaleza y, si era su voluntad, guiaría mi embarazo por buen camino. Y, gracias a mi médico y a Él hasta ahora así ha sido.

domingo, 18 de junio de 2006

Mis papás favoritos

No, no tengo dos papás. Uno de ellos me creó y junto al otro hemos creado una nueva vida.

El primero, en su larga experiencia como padre ha demostrado ser una persona maravillosa y ha logrado en gran parte que mis hermanas y yo seamos lo que somos. Mi padre, mi amigo, es una de las personas con las que quizás he tenido las conversaciones más profundas y espirituales en mi vida. Ha alimentado mi alma con los pensamientos más soñadores y hermosos. Su idealismo y búsqueda de la felicidad ha sido uno de mis motores más importantes cuando empezaba a perder mi inocencia y no quería aceptar ver el mundo como es. Admiro su fortaleza (aunque él mismo dude a veces de ella) para mantenerse fiel a sí mismo a pesar de las difíciles circunstancias que ahora le toca vivir.

El segundo, a pesar de no tener experiencia como padre, sé con certeza que será genial. He visto su emoción cada vez que vamos al médico y puede ver el pequeño ser que hemos creado juntos. He sentido su preocupación cuando un inesperado diagnostico amenazó con destruir nuestra experiencia de ser padres y su alivio cuando este peligro pasó. Sé cuánto se entrega por las personas que quiere y cuanto se afana por todo aquello que significa una novedad en su vida. Quizá algunos digan que decir que ya es padre es adelantarnos un poco a lo que el destino nos pueda tener jugado. Pero ya estamos experimentando el ser padres y tengo fe (la fe que él me empuja a tener cada día) de que este embarazo seguirá su curso y que en unos meses podamos tener a nuestro hijo en brazos.

A ambos, gracias. Gracias por permitirme ser parte de su experiencia de ser padres.

jueves, 15 de junio de 2006

La amistad virtual existe, es real

El cafecito convocado por Vero me hizo recordar sobre un post que tenía pendiente acerca de la experiencia de conocer gente a través de un medio virtual y luego tener un encuentro real con ella. Pues hay experiencias buenas y también las hay malas.

Existen personas que en el mundo virtual son ellas mismas (paradójicamente) y en el mundo real, les cuesta serlo. Aunque tengo la teoría de que esto sucede cada vez menos. Por ejemplo, hace muchos años la mayoría de las personas que buscaban amistad por correspondencia lo hacían porque les resultaba más fácil construir una amistad de esa manera, sin exponerse al esfuerzo de relacionarse con gente en el mundo real o por simple timidez. Ahora creo, que con el avance de la tecnología, ya nadie es ajeno a construir relaciones de tipo virtual con otras personas (y no me refiero a buscar pareja, sino a encontrar gente con tus mismos intereses), pues el perfil de usuario (por así decirlo) ha cambiado. Ahora, todo el mundo usa el internet para comunicarse o relacionarse con otros por diferentes motivos.

Mi propia experiencia como penpal desde hace ya 15 años confirma, en cierta manera mi teoría. Al principio, la mayoría de personas que buscaban amistad vía correo aéreo eran "outsiders", personas tímidas e incluso (temo decirlo) un poco obsesionadas con el tema. Esto no quiere decir que no existían personas interesantes que buscaban conocer sobre todo otras culturas y maneras de pensar, como yo, y de paso entablar una amistad. En el 2003 retomé el tema de los penpals y me encontré con un universo muy distinto de gente. Más diverso, más rico y eso creo que se debe a la apertura de las comunicaciones a través de Internet.

El encuentro con Vero no pudo ser más grato. Y es que hay gente con la que conectas y gente con la que no. Y, curiosamente, esa conexión la sentí desde que leí su blog. Vero es verolindapechocha. No hay vuelta que darle, ni duda que quepa.

De igual manera fue mi encuentro con Marta, mi amiga española por correspondencia, a quién pude conocer en abril. Ya son tres años en que intercambiámos emails y muchas veces creo que nunca he llegado a "conversar" tanto con algunas de mis amigas como con ella. La experiencia fue de lo más natural. Apenas nos vimos fue como si nos hubiéramos visto ayer. Realmente inolvidable. No sentí como si fuera una extranjera, sino como a una amiga. La amistad virtual existe, es real.

viernes, 19 de mayo de 2006

Mi segunda mamá

El domingo me acordé de mi otra mami, mi segunda mamá; y hoy se me ocurrió rendirle un pequeño homenaje.

Patty llegó a mi vida cuando tenía apenas un año y medio. Mi mami la encontró en una agencia de empleos a la que Patty había ido de casualidad para acompañar a una amiga. Algo especial vio mi mamá en Patty y le ofreció trabajo. Ella recién había llegado a la capital y vio en la oferta de mi madre una forma de empezar a ayudar a su familia desde la distancia.

Patty y yo éramos inseparables. Mis padres trabajaban muchísimo y, además, eran muy jóvenes: si no estaban ocupados con las dos publicaciones en las que participaban (el semanario hípico La Cancha y el festivo Monos y Monadas) salían o se reunían con sus amigos. No los culpo por eso, todo lo contrario... me parece fenomenal que no se hayan privado de vivir su edad como debían. Y a pesar de que sí me dedicaban tiempo, era inevitable que yo parara más momentos con Patty.

Patty era estricta: no dejaba que me pare de la mesa si no terminaba de comer, se fijaba que hiciera mis tareas sin ver tele, me enseñaba a hacer algunas labores de la casa, debía estar pulcrísima y me obligaba a regresar a una hora exacta si me iba a jugar con mis vecinas. Pero, por otro lado, era muy cariñosa y siempre me defendía ante cualquiera, incluso si veía que mis padres eran injustos conmigo.

Me aguantó muchísimo durante mi adolescencia, pues ya no estaba dispuesta a cumplir su estricto programa. Rebeldía, le dicen. Pero con mucha sabiduría supo que debía dejar pasar a la madre para dar paso a la amiga. Su sabiduría y valores calaron en mí profundamente. Gran parte de la persona que soy hoy se lo debo a ella y agradezco inmensamente que haya estado en mi vida. Patty es una persona tan correcta y entregada a las personas que quiere... esa clase de personas que así nomás uno no encuentra.

Luego de catorce años con nosotros, nuestra Patty se casó. Yo me alegré muchísimo por ella, pero me dio también mucha pena que se fuera. Pronto tuvo su primera hija y me nombró su madrina. No me podía sentir más honrada.

Siempre nos visitaba, hasta que un día llegó para decirnos que se iba a España. Necesitaba darle un mejor futuro a sus hijos. Yo sabía, por lo luchadora y trabajadora que es, que le iba a ir bien. A los tres años de su partida me encontré con ella en Madrid. Fue en encuentro de aquellos tipo "Vale la pena soñar". Me sorprendió con un hermosísimo saco de cuero y piel... qué se creen. Le estaba yendo muy bien. Este año sus hijos se han reunido finalmente con ella. Misión cumplida.

Patty no sabes cuánto te extraño y necesito. No es lo mismo cuando sientes que el cariño y consejos de tu segunda madre están lejos. Espero que tu hija pronto te enseñe a usar el chat para poder conversar más seguido. Te quiero mucho.

lunes, 8 de mayo de 2006

¡Tembloooorrrr!

Creo que uno de los fenómenos que más alteran mi sistema nervioso es el temblor. Y, por desgracia o suerte, tengo un sentido desarrollado para sentir temblores en el instante en que estos se inician... aun esté experimentando un sueño placentero.

Creo que esta habilidad la heredé de mi mamá. Nunca se borrarán de mi mente las imágenes de ella volando por las escaleras mientras avisaba a todos: ¡Temblor, tembloooorrrr! La que más recuerdo es aquella en que, aún con un yeso en la pierna, bajó sentada cada una de las escaleras y fue la primera en llegar al primer piso. Nunca dudé de su método y seguridad por escapar del peligro y las asumí como propias. La actitud que asumía mi padre, quien permanecía inmóvil ante cualquier temblor, me parecía inconcebible. Siempre ha sido un hombre tranquilo, sosegado y espiritual y yo pensaba que era su particular y extraña forma de canalizar el temblor. No entendía cómo no lo ponía nervioso. Aún hoy en día no entiendo a la gente que ni se inmuta ante un temblor... aunque admiro la tranquilidad y parsimonia con que asumen el asunto.

Hoy yo sentí el temblor. Duró unos breves segundos, pero fue suficiente. De un salto me paré y estaba a punto de iniciar la carrera cuando terminó. En este súbito movimiento mi pie topó con el plato con rastros de brownie que había dejado mi hermana estratégicamente en el suelo. No me quedó más que reirme. Ahora que estoy casada, JL no me deja correr como antes y se lo agradezco... aunque casi siempre tiene que salir corriendo detrás de mí. Lo sé: no es sensato correr ante un sismo... pero, mi tendencia a pensar que estos acontecimientos se convertirán en un peligro mayor activan mis piernas antes que a mi cerebro.

domingo, 30 de abril de 2006

A veces, me resisto a la tecnología

Nadie puede negar que los nuevos avances tecnológicos, además de hacernos la vida más fácil, nos brindan herramientas maravillosas de comunicación, como los blogs por ejemplo.
Mi esposo es un geek empedernido y no soy ajena a todas aquellas herramientas tecnológicas que quiere experimentar. A pesar de mi resistencia a cambiar, siempre termino cediendo y dando una oportunidad a sus novedades. Algunas de ellas, como el bloglines (página en la que uno puede escoger sus blogs favoritos, guardarlos como feeds en un folder y leer los nuevos post en un mismo sitio), o el Odeo (lo voy a usar con todas mis penpals) me parecen alucinantes; pero otras, a pesar de que intento usarlas, me resisto a reemplazarlas por mis tradicionales formas.

La última que recuerdo es 30boxes, un calendario en línea para organizar tus actividades y reuniones y con la posibilidad de compartir algunas entradas con tus amigos o familiares. Suena bien y para muchos debe ser super práctico. ¿Para mí? Desde que entré a la universidad mi agenda es una extensión de mí, unida por un cordón umbilical, por así decirlo. Claro, no puedo dar fe de que realmente sea efectiva, pues suelo olvidarme de las cosas que tengo que hacer aunque estén apuntadas y destacadas con resaltador fosforescente. Pero, siento la necesidad de tener una agenda. Me encanta. Quizá por mantener las tradiciones. Mis tradiciones.

La otra ventaja tecnológica que me viene a la mente es la posibilidad de tomar fotos con cámaras digitales y grabar las miles de fotografías en un CD o la PC. La idea de tomar infinitas fotografías en una cámara digital me parece genial. Pero, nadie me puede quitar el placer de mirar las fotografías en un álbum de fotos. Me resisto a que mis recuerdos sean virtuales, deben concretizarse en un pedazo de papel fotográfico. Quizás soy anticuada para estos tiempos qué voy a hacer.

sábado, 29 de abril de 2006

Meloso romanticismo

Me encantan los conciertos. Y este jueves no podía perderme la oportunidad de asistir a uno gratis, aunque no conociera muy bien a los cantantes. Una amiga se acercó a mí un día antes y me ofreció dos entradas. ¿Qué le iba a decir? Que iba a ir por supuesto. No sólo por agradecerle tan desprendido gesto, sino también porque me moría de ganas de des-estresarme un poco.

A mi esposo no le dije que se trataba de "El Festival del Amor" organizado por radio Corazón, porque sino le daba un soponcio. Su idea del romanticismo se basa, como él dice, más en las acciones que en decir palabras bonitas y mucho menos en melosas letras de canciones. Pero, claro que accedió a ir conmigo... y esa es la forma de dejar ver su ser romántico a través de una acción.

La entrada decía que el show empezaba a las 7 de la noche. Como buenos peruanos, y sabiendo que nuestras entradas eran VIP, llegamos a las 7 y media. Total, pensaba yo, estos tipos no son tan conocidos y no creo que haya mucha gente. Tamaño error. Nunca había visto una cola tan larga en mi experiencia con estos eventos. Lo peor de todo es que no recibimos trato VIP. Digo, si compras unas de esas entradas no es sólo porque quieres estar más cerca del escenario, sino también porque quieres evitar las colas. Pero bueno, no podía quejarme porque no había pagado un sol, pero igual me daba cólera. Pues, en afán quizá democrático, los organizadores nos pusieron a todos en una sola cola y dejaban entrar por grupos. En fin, a esperar no más.

Un chico argentino llamado Axel empezó el concierto. Su primera canción me parecía haberla escuchado alguna vez en Ok Tv, cuando la pongo como música de fondo mientras hago otras cosas. Iba bien hasta que cantó una canción dedicada a su hermano que había perdido a sus hijos siameses cuando eran bebés. No es que sea insensible, pero fue demasiado drama. Creo que esos temas son tan personales y dolorosos que no deberían ser cantados, pero bueno...

El siguiente en cantar fue Alberto Plaza. Qué bueno. Genial. Aunque tampoco soy una fan de él, las letras de sus canciones son deliciosas. Hasta Jorge Luis se mandó cantando una de comienzo a fin. Una que yo nunca había escuchado, pero que según él era una clásica de los Convivios. ¿Alguien los recuerda? Encuentros de jóvenes de colegios católicos, cuyo objetivo en mi caso (que vengo de un colegio de mujeres), era interactuar con chicos de otros colegios.

Finalmente llegó el plato fuerte del concierto para la mayoría de los espectadores (lo digo por la intensidad de los gritos de las miles de fans): Sin Bandera. Irónicamente su canción más famosa, esa que dice "Buenas noches, mucho gusto, eras una chica más..." la recuerdo porque la cantaron dos de mis concursantes favoritos de la española Operación Triunfo (como extraño ese programa). En fin, se mandaron a cantar canciones desconocidas durante largo rato. La gente empezaba a conversar y se desconectaba del concierto. Hasta que por fin cantaron las canciones conocidas. Bueno, las tres que yo conocía. Jorge Luis me había dicho que saliéramos del estadio antes de que acabara el concierto, para no salir con toda la marea humana. Pero, yo me negué. No había esperado una hora en la cola y aguantado casi 45 minutos de música desconocida por gusto. Tenía que cantar aunque sea una de las conocidas. De todas maneras, salimos mientras terminaba por entonarse la última canción. Qué raro, habían dejado la más conocida para el final.
Y así, salimos y tuvimos que caminar varias cuadras para pagar a un taxista "consciente" y no aprovechador. Regresamos a nuestro depa y claro, bañados de meloso romanticismo. Inevitable.

jueves, 13 de abril de 2006

¿Quién se lanza?

Ayer en un periódico local salió este aviso. Ya nada me sorprende.


¿Qué querrá decir con antecentedes democráticos? ¿Que haya votado en las últimas elecciones? ¿Vocación de servicio? ¿No la tienen acaso, con todo el respeto, desde los chicos que atienden en los fast-food hasta los militares? ¿Honestidad comprobada? ¿Cómo piensan demostrarla?

Yo creo que todos aquellos que quieren incursionar en la política deberían hacer carrera política. Y en ese punto aplaudo la iniciativa -quizás naïf, quizás valiente, quizás marketera- de la Universidad Católica por incluir la carrera de Ciencias Políticas.

Los políticos, también deberían pertenecer a un partido. Y que estos no sean instituciones que se hacen y deshacen dada la coyuntura electoral. Por último, deben contar con obras concretas que demuestren su eficiencia. No aceptar improvisados. ¿Ustedes qué piensan?

miércoles, 12 de abril de 2006

Crisis de peruanidad

Los resultados de las elecciones en Perú me invadieron de desanimo. Hasta ahora no puedo creer que nos esté sucediendo esto. Incluso he llegado a dudar de mi identidad como peruana. No lo entiendo. No quisiera sentirme así. Los peruanos son un enigma para mí.

Mi identidad como peruana, pienso, se funda sobretodo en el brillo y desarrollo que lograron nuestros antepasados y todas las maravillas que nos legaron. De ello me siento orgullosa. Y más contemporáneamente hablando, de la tenacidad y creatividad de muchos peruanos por salir adelante. Sin embargo, ¿por qué nuestros representantes no pueden tener un poquito de lo primero y lo segundo? Y lo peor de todo. ¿Por qué se empeñan en elegir personas que no cumplen ni siquiera por asomo con ello?

Y ahora, ¿qué esperanza podemos tener de lo que puede llegar a ser el Perú?

domingo, 26 de marzo de 2006

Por el día del teatro

Mañana, en muchos rincones del mundo, artistas y espectadores honrarán a uno de los más grandes artes: el teatro. Es increíble que esta forma de expresión humana cuyo origen se remonta a varios siglos antes de Cristo, perdure. El teatro nunca pasó y asumo no pasará de moda. Y es que nunca fue una moda.

A pesar de que las necesidades y motivaciones del ser humano hayan "evolucionado" este arte mantiene su esencia y no ha cambiado mucho. Sigue reflejando cómo fuimos antes, cómo somos ahora y quiénes podremos llegar a ser en el futuro. No se ha visto afectado por la espectacularidad del cine o la televisión y quizá por eso mismo sigue atrayendo a tantos espectadores. Quizá por eso también, se preocupa más en profundizar los personajes y en la historia más que en cualquier otro detalle. Su lectura llega a ser más compleja para el espectador y eso también es atractivo, pues los mensajes que comunica se quedan más tiempo en nuestra memoria. Nada comparado con el mosaico de imágenes inmediatas que proponen los medios audiovisuales modernos. Sin menospreciarlos, por cierto.

La semana pasada me reencontré con el teatro y fue una experiencia emocionante. No sólo porque hace mucho tiempo que no participaba de una historia tan bien contada, sino también por el fantástico desarrollo de los personajes más allá de la acción. A pesar de que su contenido refleja el lado quizás más sordido y oscuro de la naturaleza humana, alguien tuvo la valentía de expresarlo y hacerlo público, de dejar huella de cómo es o puede llegar a ser alguien hoy. Y lo más importante: de generar emociones respecto a ello y de pensar en torno a ello.

Así que festejemos el teatro y también agradezcamos que aún existe. Vayamos al teatro.

lunes, 20 de marzo de 2006

¿Ingenieros comunicadores?

El fin de semana mientras revisaba las oportunidades laborales en la web de la Universidad de Lima, me di (una vez más) con la desagradable sorpresa de encontrar un aviso como el siguiente: “Importante empresa de telecomunicaciones busca analista de comunicación. Dirigido a egresados de las carreras de Ingeniería Industrial y Administración. Funciones: Promover estrategias de comunicación interna, elaboración del boletín interno, etc…” Sin ánimo de ofender a los ingenieros industriales (mi esposo lo es, así como muchos de mis amigos y parientes), no puedo entender cómo una “importante empresa” no puede saber que quienes tienen las competencias para ejercer ese tipo de puesto son los comunicadores: nosotros pasamos cinco años estudiando para eso.

Indignada le comenté el hecho a mi esposo y él mismo me dijo: “Si esta empresa está pidiendo a un egresado de estas carreras para el puesto significa que es una empresa que está en la calle y a la que no vale la pena que postules”. Lo triste e inaudito es que no es la primera vez que veo un anuncio así. Y bueno, antes solía sorprenderme que convoquen a ingenieros industriales para puestos de marketing, pues sé que el único curso de marketing que llevan es “Fundamentos de Marketing”, frente a aproximadamente los diez cursos que llevamos los comunicadores en Marketing y Publicidad. Claro, quizá esté en algo justificado su inserción en este tipo de funciones porque el marketing es un campo más amplio. Pero que específicamente asuman funciones de comunicadores eso sí es demasiado.

Muchas veces me pregunto a dónde pretenden que nos ubiquemos los comunicadores. En mi caso, me especialicé en Marketing, Publicidad y Comunicación Empresarial. ¿Cómo competir contra empresas que piensan que egresados de otras especialidades pueden hacer nuestra labor?

viernes, 17 de marzo de 2006

¿Médicos por naturaleza?


Hoy, mientras almorzaba con mis compañeras de trabajo, entró en discusión el tema de las prácticas populares de curación. Respetables y de comprobada efectividad en algunos casos; polémicas, en otros.

Muchos de nosotros, cuando éramos niños, servimos de conejillos de indias para que nuestras madres experimenten con dichas prácticas. ¿Por qué recurrir a ellas en vez de acudir a un médico? Quizás por una inclinación instintiva de protección. Quizás porque inconscientemente quieren ser las agentes del cambio de estado. Quizás porque es una manera de mantener viva las tradiciones de la familia, de la localidad. Quizás nunca lo sabremos hasta ser padres.

Teóricamente los padres no buscan causar daño a sus hijos; sin embargo, muchos deciden aplicar técnicas que alguien con espíritu curador les recomendó en sus hijos. Una de las que me llamó la atención el día de hoy fue la de aplicar “Brasso azul” para escaldaduras de bebés. Tal vez algunos de ustedes, como yo, nunca han escuchado de esta sustancia. El brasso azul es un limpiador de superficies, mayormente metálicas. He buscado en Internet qué sustancias lo componen, pero no las he encontrado. De todas maneras, si fuera madre dudaría de colocar algo con la función anteriormente descrita para curar una escaldadura.

Cosa distinta, pero aún polémica, resultan las consabidas “yerbas curativas” o la ahora muy popular medicina natural. En un artículo de geosalud.com se indica que en Inglaterra, un sondeo efectuado por una organización a 28.000 consumidores descubrió que 80 personas de cada 100 habían recurrido a alguna forma de medicina complementaria. Pueden ingresar a wikipedia.org y leer más sobre este interesante tema. Algo que resulta interesante es que las distintas
jurisdicciones difieren acerca de qué ramas de la medicina alternativa son legales. ¿Por qué difieren? Muchos médicos “convencionales” se oponen al uso de estas alternativas de curación, pues no existen suficientes estudios probatorios de su eficacia.

No puedo negar que algunas veces yo he recurrido a tomar yerbas o seguir ciertas técnicas de medicina natural para resolver molestias. Por ejemplo, el mate de orégano para aliviar los cólicos menstruales. Mucha gente en el mundo, y cada vez más, recurre a prácticas como esta. ¿Por qué? ¿Se ha perdido la confianza en la medicina convencional? ¿Ha subido el ego humano de ser el que resuelve su propio destino? ¿Responde a una búsqueda por revalorizar técnicas ancestrales y propias como una defensa ante la globalización? Quizás estoy desvariando.

miércoles, 15 de marzo de 2006

Bienvenido a Gringolandia

Debo admitir que EE.UU nunca fue un destino soñado de viaje para mí. Aún no sé si fue por pose o por convicción, ya que hablamos con sinceridad. La cuestión es que durante años me negué a visitar, ni siquiera en sueños, ese país.

Pues bien, forzada por algunas circunstancias familiares tuve que dejar de lado la pose y hacer todo lo posible por ir. Lo primero a lo que debía enfrentarme era parte de aquello que rechazaba, esta vez sí por convicción: el pagar 100 dólares para que los gringos me dijeran si era digna de ingresar a su país. Sin ninguna ilusión me acerqué a la embajada y ante mi sombrío asombro me dieron la visa. Creo que fue mi apatía y poca preocupación por responder a sus preguntas lo que los convenció de que yo no quería quedarme en su país. No puedo negar que la noticia me alegró.



Me encanta viajar y si tuviera más plata; pero sobretodo más vacaciones, lo haría. Llegar a EE.UU fue... interesante. Recuerdo que una amiga me dijo antes de viajar: "Oli, a ti te va a encantar". No sé de dónde lo sacó, porque yo estaba segura de que no me iba a impresionar, pero al parecer esta amiga me conoce muy bien. Miami me encantó: una ciudad moderna, ordenada, limpia, con playas muy lindas... Los gringos: prácticos, despreocupados por su apariencia (felices y tranquilos)... Y como estaba de visita en Miami, no pude dejar de visitar Disney: un viaje de regresión a mi niñez justo y necesario. Mágico.

En resumen, tanto orgullo y prejuicio para qué. No hay que negar la experiencia de mutar, de moverse, de cambiar y, sobretodo de aceptar ciertas verdades.

lunes, 13 de marzo de 2006

Antes impuestos, ahora devueltos


El viernes pasado visité la Sunat con mi mejor sonrisa. Toda una novedad. Y es que esta vez no iba para hacer un trámite engorroso, sino uno muy agradable: la devolución de parte del dinero de los impuestos que pagué durante tres años. Sé que suena quizás algo surrealista para algunos, pero es cierto y yo lo he presenciado en vivo y en directo. Una sensación que por un momento llena de esperanza y te hace olvidar todas las cosas que funcionan mal en este país.

Hace unos meses, una compañera de trabajo me contó que había realizado el trámite de devolución y muchas de nosotras la escuchamos incrédulas. Y es que casi todas habíamos experimentado la confusión que generaba profundizar en temas tributarios: leer la inmensa cantidad de información por la web, intercambiar dudas, escuchar a los orientadores de la institución desorientarnos...

A pesar de todo ello algunas, ayuda de contadora de por medio, decidimos lanzarnos... Total no había nada que perder. Estábamos en la misma situación: habíamos sido, en muchos casos, obligadas a que nos retengan los impuestos de nuestros recibos por honorarios y nuestros ingresos anuales no sobrepasaban el monto mínimo de ley o si pasaban el monto de impuestos a pagar era menor del que nos habían retenido.

Ahora agradezco haber confiado en esta institución a pesar de la mala reputación que tienen otras entidades en el Estado. Sí se puede.

viernes, 10 de marzo de 2006

¿Día de la mujer?

Hace dos días celebramos el Día de la Mujer. En mi oficina, donde el 80% o más somos mujeres, una a una nos abrazamos y celebramos el ser celebradas pero, ¿realmente deberíamos sentirnos tan entusiasmadas por esta fecha? Luego de la euforia inicial (a quién no le gusta ser celebrada), viene la pregunta: ¿Y por qué no hay un día del hombre? Digo, en pos de la tan manoseada igualdad de género.

En todo caso, no se puede negar la constante labor de la mujer para luchar por la igualdad de derechos y por ser gestora de cambios. Tan dura, constante y fructífera ha sido y es su labor que desde 1909 las mujeres han instaurado un día para celebrar sus triunfos, logro que no han tenido los varones. Ojo, no soy feminista.

Hoy en día nadie puede negar el espacio que ha ido ganando la mujer en los campos laboral y político. Ya existen algunas mujeres que ejercen como presidentes y muchas más como grandes empresarias. Un reciente estudio de la Universidad de Lima revela que un 46.2% de la población piensa que las mujeres trabajan mucho mejor que los miembros del sexo fuerte. Sin embargo, el 87.5% de los encuestados considera que aún hay discriminación. Lamentable. Así que hermanas ha seguir luchando. O mejor dicho, trabajando, compartiendo, creciendo. Y por qué no, seguir celebrando si queremos el Día de la Mujer.

jueves, 9 de marzo de 2006

Braces

Ir al dentista me relaja. Aquella silla que muchos temen es, para mí, una invitación a adormecerme de la forma más placentera. Es por ello y porque la prima de mi esposo me ofreció hacerme un tratamiento de ortondoncia a muy buen precio que accedí a hacerlo.

El primer día fue realmente doloroso. En todo sentido. Lo más frustrante es no reconocer tu sonrisa en el espejo. Y la total e irreconocible nueva expresión de tu rostro. Lo segundo es soportar las heridas que se forman en las paredes de tu boca: reacción inmediata de rechazo a algo ajeno. Recuerdo que el primer día lloré y debía alejar la idea de coger un alicate y yo misma quitarme los fierros uno a uno. Pero resistí. Otro tema, bastante doloroso para mí, fue el no poder comer las cosas que más me gustaban: un buen bisteck, una hamburguesa, maní... Mis dientes simplemente habían perdido la fuerza para masticar. Y la pericia para besar desaparecía al no poder juntar los labios...

No me he llegado a acostumbrar a tenerlos. No me ha pasado lo que a otras personas "Vas a ver que con el tiempo, ni cuenta te das que los tienes puestos". Tuve que esperar seis meses para volver a comer una Bembos y eso, así de fácil, no se perdona. Aún así, ha valido la pena. Mis dientes se ven mucho mejor e incluso mi sonrisa es más agradable que cuando no tenía braces. Sólo espero poder ver el resultado final dentro de aproximadamente seis meses. Paciencia.

Todos vuelven...

Regreso hoy, renovada. Y ya era necesario. No puedo creer que no haya escrito nada desde aquel 14 de agosto en que me animé a tener un blog. Flor de un día, dirían. De nada sirve tratar de recordar qué pasó y de qué forma transcurría el tiempo mientras esto estaba detenido. Y aunque el año pasado fue muy agitado para mí laboralmente hablando, de cierta forma me puse a mí misma entre paréntesis. Muchas cosas pasaron tan rápidamente y ninguna a la vez. Pero este 2006 ha empezado bien. Esta es una forma de hacerlo evidente. Una forma necesariamente concreta, para sentirla real.